Por desgracia vivimos en un nuevo siglo donde las enfermedades de carácter mental son unas de las protagonistas. Todos estaremos de acuerdo en que hay otro tipo de enfermedades que como la obesidad, el cáncer y demás han pasado a ser muy extendidas, pero las enfermedades mentales en este sentido son unas de las que más padecen las personas. Entre las corrientes de la Psicología que más nos ayudan, como defienden los expertos de Terapia PSI, se encuentra la Psicología de la Gestalt. Hace posible el luchar contra los transtornos alimenticios, estrés, ansiedad, trastornos de la sociedad y demás problemas.
Este tipo de terapia necesita profesionales debidamente formados, pues es uno de los tratamientos que más fama tienen y que mayores novedades implementan. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que es una adecuada respuesta a todo lo que nos sucede en pleno siglo XXI.
Pero, ¿qué es realmente la terapia Gestalt?
Este tipo de psicología es una corriente muy actual que apareció en Alemania a principios del siglo XX, cuyos exponentes podemos citar a Max Wertheimer, Wolfgag Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lwein.
Se denominó Gestalt, aunque no tiene una sola traducción, pero se le suele entender como forma, figura, configuración o creación.
En esta corriente de la psicología nos explican la organización de todo lo que percibimos se basa en una figura en la que nos tenemos que concentrar, la cual es parte de algo más grande, donde existen otras formas y donde todo lo que percibimos es algo más que simple información que llega a nuestros sentidos. Estamos ante una corriente que lo que hace es contrarrestar la visión conductista que acostumbra a reducir a nuestro organismo a un emisor simple de respuestas.
Podríamos decir básicamente que lo que hacemos es formar parte de un todo, pero no somos solo una sola figura, pues ella puede dividirse en más figuras y fijarse en una única de forma que lleguemos a lo que es el kit de la cuestión, pero siendo sabedores que todo ello va a dar lugar a un cambio en la totalidad del sistema que nos rodea.
La terapia Gestalt lo que hace es fijar su atención es un trauma, punto concreto, o momento que hayamos vivido en nuestra vida del tal forma que se puede ver la razón para el estado y una solución. Una vez que lleguemos a esto, vamos a ver como todo el mundo va a cambiar, pues ese punto de su vida va a formar parte de todo.
De esta forma, más que de una psicoterapia como tal, lo que hace la terapia Gestalt es una forma de vivir la vida, siendo una filosofía en la que el profesional lo que busca es que el paciente pueda entender y aceptar que cuando haya un problema, va a poder actuar de la misma forma, pero a la inversa, por lo tanto antes de que el problema pueda afectar a su todo, deberá poder eliminarlo, resolverlo y apartarlo de su propio mundo.
De esta forma va a evitar la recaida en el estado en el que se encontraba cuando comenzó la terapia en cuestión, o eso es lo que la teoría de la que hablamos puede llegar a establecer.
Lo que no se puede hacer es ver los signos y sentir los determinados síntomas que pueda haber en un problema. Esto puede ir creciendo en nosotros mismos o en las personas que nos importan. El caso es que ignorar esto o pensar que va desaparecer no es la solución.
Todo esto se puede agravar y luego va a ser más difícil el poder salir del hoyo en el que nos podamos haber hundido.
Los problemas hay que afrontarlos y lo cierto es que los psicólogos con sus terapias hacen posible que se puedan solucionar y encauzar. Hay que tener paciencia con muchos de los temas, pues al final todo es cuestión de tiempo y de confianza en los profesionales en cuestión.
A la hora de encontrar profesionales, siempre es bueno que nos digan algunos familiares, amigos o compañeros de trabajo referencias de otros que trabajen bien, de tal manera podamos contar con mayores posibilidades de superar nuestra patología.
Aunque la sociedad de forma lenta va aceptando las enfermedades mentales, es necesario que se llegue a tener una conciencia mayor sobre la importancia que tiene el que a nivel social no haya estigmas, pues no colaboran en nada a la resolución de los problemas y muchos pacientes o personas que deberían tener atención tienen más reparos a la hora de ponerse en manos de los profesionales del ramo, que al final son los que tienen una mayor preparación.