Galicia es una tierra del noroeste de España que nos ofrece un sinfín de posibilidades. Un lugar en el que nos podemos perder entre sus pueblos, su costa, sus parajes de interior y del que, si tomamos la decisión de ir por primera vez en la vida, lo más probable es que no tardemos demasiado en volver. La gastronomía, las poblaciones, la hospitalidad de la gente… En definitiva, un gran número de motivos por los que podemos escoger esta tierra. Aquí en el norte, los veranos son mucho más placenteros y con temperaturas menos extremas que en el resto de España, es por ello por lo que optar por este lugar como destino de relax y vacaciones es una de las mejores opciones que podemos tomar. Además, para los que nos gusta el turismo rural, Galicia nos ofrece una multitud de posibilidades para recorrer sus destinos mágicos. Unas rutas que podemos hacer por senderos debidamente señalizados o mediante el uso de diferentes formas de transporte, desde el tren, hasta nuestro coche o bicicleta.
A lo largo de este post os queremos proponer algunos de los lugares que debéis visitar y que os dejarán con la boca abierta como, por ejemplo, la impresionante Ribeira Sacra ourensana.
Comenzamos la ruta por la capital termal de España, Ourense. Aquí podemos encontrar un puente romano que cruza, junto con nueve puentes más jóvenes, las aguas del Río Miño y que separan ambos lados de la urbe. En el margen izquierdo, en el que se asienta la ciudad vieja, podemos encontrar la catedral, una imponente construcción que guarda al hermano pequeño del Pórtico da Gloria de Santiago, el Pórtico do Paraíso. Además, muy cerca, tenemos la única plaza mayor inclinada de España, así como As Burgas, unas fuentes de agua termal que convierten a Ourense en un balneario. Río abajo, sin salir de la ciudad podemos encontrar diversas instalaciones termales gratuitas para disfrute de todo el mundo, mientras que si optamos por ir río arriba, iremos al corazón del rural ourensano. La Ribeira Sacra es uno de estos lugares idílicos de postal. Unos cañones naturales formados por el cauce del río Sil en los que podremos perdernos unos días entre sus rutas. Una zona con un gran valor histórico en la que los monasterios de San Esteban de Ribas de Sil, Santa Cristina o San Pedro de Rocas son las puertas de entrada. El más conocido es San Esteban, puesto que desde su rehabilitación es parador nacional, sin embargo, el que más historia guarda es el de San Pedro de Rocas, un lugar más importante por su valor antropológico más que estético y es que data de los primeros asentamientos de la zona, allá por el año 573. Destaca además por ser una construcción excavada en la roca granítica del lugar, lo que hace que su belleza sea única e irrepetible.
En la Ribeira Sacra existe además una gran tradición en torno al vino, con viñas que se descuelgan por las laderas de los cañones y a las que, en algunos de los casos, su acceso tan solo es posible desde el río, mediante el uso de embarcaciones. Sin embargo, para los visitantes, los diferentes consistorios de la zona han provisto al lugar de miradores estratégicamente situados en los que podemos ver las maravillas que la naturaleza nos ha dejado. Un cañón, este del río Sil, que además sirve como frontera natural para dividir las provincias de Lugo y de Ourense y a través del cual podemos describir a la perfección el significado correcto de turismo rural.
Las casas de turismo rural, el apoyo hotelero que necesitaba la zona
Podemos tener un enclave precioso y digno de ser visitado, pero también debemos de poner servicios y comodidades para que la gente nos visite. Esto debió de ser lo que pensaron diferentes empresarios ourensanos hace ya unos años y que decidieron recuperar diferentes viviendas de pueblos para destinarlas al servicio de los visitantes como casas de turismo rural. Unas casas que con ayuda de las instituciones públicas se arreglaron con gusto y siguiendo con la tradición de mantener los materiales más habituales de cada zona. Es por ello por lo que la piedra, la pizarra y la cerámica impera en este tipo de construcciones. Pizarras y Derivados es una de las empresas que más apuesta por recuperar este tipo de decoraciones y tejados típicos y por ello sirve como empresa modelo para recuperar las viviendas típicas de la zona, un enclave en el que la pizarra también tiene mucho que decir.