Casas rurales de lujo

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El turismo rural no es solo para la gente corriente. Los más pudientes, demandan su parcela en el mundo rural. Lejos de contentarse con los servicios básicos que ofrecen los alojamientos rurales al uso, buscan lugares idílicos que oferten otro tipo extravagancias.

Lo normal cuando alguien se decide por hacer turismo rural o irse de escapada al campo, es buscar una finca rústica en la que poder formar parte del entorno. Actividades relacionadas con el campo, como ordeñar una vaca o pasear en burro, hacer senderismo o practicar deportes de aventura, etc.

Los servicios que ofrecen las casas rurales, que es precisamente lo que busca el cliente, pasan porque tú mismo tengas tu espacio en la cocina. Mantengas el orden y la limpieza de tu habitación o casa sin que nadie te organice la existencia y disfrutes de tiempo al aire libre.

Hace tan solo unos años, el turismo rural era un lujo en si por el mero hecho de ser diferente. Se cambiaron los hoteles por casas o granjas, las grandes habitaciones con jacuzzi por el huerto y la charca y los paseos por la playa por rutas entre caminos de piedra.

Ahora, como nos cuentan los amigos de Casa Imperial Salamanca, el lujo vuelve a gobernar el campo. Los clientes demandan opciones más placenteras y relajantes que ir a montar en burro.

Son pocas todavía las casas rurales de lujo que encontramos en España, pero haberlas, hay las. Seguramente, la demanda irá en aumento y prosperarán los negocios de este tipo. Ya no se combina naturaleza con humildad y relax. En estos espacios, se busca el bienestar personal encaminado a la belleza. Y es que no hay nada mejor como irse de vacaciones y volver, no como nuevo o nueva, no. Volver más guapo o guapa.

Durante una estancia en estas casas rurales puedes disfrutar de la naturaleza, de paisajes de ensueño y de uno de los tratamientos de belleza que ofrecen. Mientras gozas de una exquisita bebida, unas manos profesionales dejarán tu rostro como nuevo. Todo ello sin tener que renunciar a unas vacaciones de alto standing.

Qué ofrecen las casas rurales de lujo

No debemos olvidar que son rurales, con muchos lujos pero rurales. Por tanto, en todas ellas podemos encontrar una oferta de actividades relacionadas con el turismo rural.

Aquí la gran diferencia estriba en los propios alojamientos que cuentan con todo lujo (nunca mejor dicho) de detalles: jacuzzi, televisiones de gran tamaño, camas modernas que pretenden pasar por rusticas, pero son mucho más confortables…

Lo normal en estas casas rurales es que la cena no te la hagas tú, cuentan con su propio restaurante y un tipo de cocina, más bien tirando a vanguardista. Seguramente haya alguna estrella Michelin entre los fogones de alguna de ellas.

Realmente, aunque quieran pasar por casas rurales, su consideración es la de hotel rural. Encajan mejor en ese contexto que en el de casa. Suelen ser palacios o casas emblemáticas, exquisitamente reformadas y decoradas. La mayoría cuenta con servicios de masaje, tratamientos de belleza e incluso alguna, cirugía estética.

Si no disponen de servicio de habitaciones poco les falta. No son grandes como los hoteles de lujo. Disponen de pocas habitaciones para mantener un trato más cercano y cálido que el de los hoteles. Por el contrario, carecen de cocinas en las habitaciones o comedores comunes.

Está muy bien que existan este tipo de establecimientos para la creciente demanda. Personas que aprovechan sus vacaciones para hacerse tratamientos de belleza y a la vez disfrutar de la naturaleza. Se trata de un cambio de tendencia en lo que a turismo rural se refiere.

Si se unen las vertientes y se ofrecen los servicios acostumbrados de las casas rurales genuinas, seguramente la demanda aumentará. El lujo no debe reñir con la sostenibilidad, la naturaleza y el encontrarse uno con sus orígenes.

De hecho, para una inmensa mayoría, el lujo es poder hacer todas esas cosas de las que se nos priva en las grandes ciudades. Despertar por las mañanas sin escuchar el ruido del vecino o los coches y escuchar los pajarillos o ver un paisaje natural en lugar de un edificio. Al final la riqueza está en los lugares que te ofrecen eso, tranquilidad. Independientemente del lujo, la oferta de servicios que tengan o las instalaciones, disfrutar de unos días lejos del ruido, no tiene precio.

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