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Escapada rural a Trevejo: ¿qué hacer y qué ver?

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A aquellos que les gusta salir con mochila en mano a explorar los parajes de España, incluso, hasta los más recónditos, y embarcarse en aventuras rurales por diferentes pueblos, descubriendo sus encantos, les gustará escuchar sobre lo que San Martin de Trevejo tiene para ofrecerles.

Siguiendo una ruta por la Sierra de Gata en Extremadura, nos topamos con este pueblo, muy cerca de Villamiel. Trevejo se encuentra a unos 10 kilómetros de Portugal, en el norte de Extremadura y ha sido declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico.

Se trata de un lugar que en la antigüedad sirvió como fortaleza musulmana, para defenderse de los ataques de los cristianos durante la Reconquista; y que luego, tras la conquista, fue repoblada.

Cuando paseas por este pueblo, entonces, sientes como que estás haciendo un viaje en el tiempo, directo a esa época medieval en el que hasta puedes llegar imaginarte las batallas que sucedieron en dicho lugar.

Así, es uno de esos tantos lugarcitos desconocidos de Extremadura, y que guarda su atractivo, así como lo hacen otros municipios de la región como la franja geográfica que la separa de Salamanca y que está formada por el Valle de Ambroz, las Hurdes y al oeste, la Sierra de Gata.

Es una zona en la que ya quedan pocos vecinos, pero los que están te brindan una experiencia agradable, lo que si es que ahora es más visitada que antes ya que está mejor conectada y es más accesible, pudiéndose encontrar a solo unos 30 km de San Martin, en un recorrido muy agradable y muy verde por las dehesas extremeñas.

Acompáñanos a ver que puedes hacer y ver en un paseo de un día en este maravilloso lugarcito.

Carretera paisajística

Trevejo se comienza a disfrutar desde antes de llegar, gracias a la oferta paisajística que nos regala el camino en carretera hacia el lugar la Sierra de Gata Occidental.

Comienza en la intersección de las carreteras EX-205 y CC-21 y discurre entre bosques de robles y castaños, pasando además por las poblaciones de Villamiel, San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno.

Así, quienes le transitan pueden disfrutar de una hermosa vista con flores en la primavera, una choza escondida, que podría ser original de tiempos vetones como otras de la comarca, y una espectacular panorámica de Trevejo.

Disfrutar sus calles

Apartamentos Alfala, casa rural con actividades rurales por Trevejo, nos cuenta que el principal atractivo de este pueblo es sus calles pintorescas y llenas de historias. Así que el plan es comenzar a recorrerlas sin rumbo, perdiéndote en su sin fin de lugares con atractivo turístico.

Se trata de un rico paseo de calles empedradas, por las que encontraras agua corriendo por distintas canalizaciones,, muchas de ellas tienen entramado de madera y en bastantes se salva el desnivel que hay con la planta baja a través de escalones de piedra.

Este arroyo que podemos ver en las calles recorre el pueblo llegando hasta las afueras donde se utiliza para cultivos de regadío y además, traza un recorrido turístico para quien visita el lugar.

Otros de los aspectos a admirar en tu paseo por las calles es la fachada de las casas, las cuales se encuentran en perfecto estado de conservación e  incluso algunas en remodelación. Se caracterizan por contar con tres niveles de altura de los cuales, la planta baja se utiliza para el engorde del cerdo hasta la época de matanza.

Así, el atractivo arquitectónico de Trevejo se refleja en sus calles y sus viviendas construidas con granito, además de los elementos de piedra que podemos encontrar de tanto en tanto, como los pequeños lavadores en las calles.

En fin, se trata de una aldea de estilo medieval en la que quedan pocos vecinos y se puede respirar un estilo de vida lleno de tranquilidad y paz, que de en vez en cuando se interrumpen por la llegada de turistas queriendo experimentar la zona y pasar un día de disfrute y relax en esta parada turística imperdible.

Curiosear rincones

Como dijimos, al perderte por las calles encontrarás cientos de paradas interesantes para el visitante y es que el lugar te sorprende a tu paso con restaurantes en casas antiguas, flores que se engarzan en rejerías, creatividad a raudales en los anuncios de una cafetería u objetos tradicionales a la venta que se exponen en la calle con mucho gusto.

Por ejemplo, tienes un monumento dedicado a las lavanderas, el cual se encuentra en el antiguo lavadero y muestra delicadeza en el recuerdo a esta ardua labor femenina y no tan lejana en el tiempo.

Hacer vida en la Plaza Mayor

La primera parada turística que se recomienda hacer en este tipo de pueblos es su Plaza Mayor. En este caso se trata de una plaza presidida por un pilón, porticada y con la torre de la iglesia con el escudo imperial.

Es un lugar con bastante vida en el verano, y que ofrece entretenimiento hasta altas horas de la noche, sobre todo porque hace fresco y los visitantes lo agradecen mientras se sientan a charlar y degustar de buena gastronomía y una fría y refrescante cerveza en las terrazas del lugar.

Iglesia de San Juan Bautista

Allí tenemos de frente la parroquia de San Juan Bautista, con una espadaña aislada y rodeada de tumbas antropomórficas de pequeño tamaño excavadas en el granito.

Está situada al pie de la fortaleza, ya que cumplía con una función auxiliar de carácter religioso por allá en el  siglo XVI, cuando fue construida, y como se ve en una inscripción del año 1576 que hay encima de una puerta cegada; el ábside se añadió posteriormente, durante unas reformas en el siglo XVIII.

Entonces, ahí mismo se pueden ver varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca y que no queda claro si son de época prehistórica o medieval.

Iglesia parroquial

Allí también tenemos la iglesia parroquial, dedicada a San Martín de Tours, y que guarda varias obras de Luis de Morales, pintor renacentista oriundo de Plasencia, una hermosa e histórica ciudad que puede ser perfectamente excursión desde San Martín de Trevejo.

Castillo medieval

Desde la Plaza Mayor tenemos una edificación que llamará inmediatamente nuestra atención, el castillo medieval.

Se trata de un castillo cuyo origen se remonta a una fortaleza musulmana del siglo XII, reconstruida posteriormente en el siglo XV. De hecho, se piensa que pudo haber sido usado hasta como una residencia señorial por esta época.

Durante la invasión francesa el castillo fue destruido en la Guerra de la Independencia contra Francia y sólo se conserva la torre del homenaje y parte de la muralla, pero no por eso deja de ser un lugar de gran atractivo para el visitante.

Esto quizá porque se alza sobre un cerro rocoso, desde donde las ruinas toman otro significado paisajístico. Incluso, lo más atractivo es que te puedes subir entre los recovecos y descubrir rincones sorprendentes como losas de granito grabadas con inscripciones de caracteres góticos o muros recubiertos de musgo amarillo, que dan la impresión de estar frente a algún paraje escocés.

Mirador de Trevejo

Este castillo también nos regala otro punto de parada que no se debe dejar de lado y es el mirador de la ciudad.

A este puedes acceder desde otro lado del castillo. Es bastante amplio y cuenta con una zona de mesas de madera para picnic y un panel informativo sobre Trevejo; e incluso, un poco más adelante, justo a la entrada del pueblo, hay una fuente. Todo ello apostado ahí para que puedas disfrutar de un rato agradable en buena compañía viendo las mejores vistas del destino y la espadaña que se sitúan a los pies del mismo. Además que si te quedas hasta la puesta de sol, te aseguramos que verás una de las más hermosas que existe.

Espadaña

Cuando te hablamos de la espadaña nos referimos a una defensa del castillo anexa a la iglesia y construida en puro granito con un escudo, probablemente de alguno de los comendadores de Trevejo. Fue construida en el siglo XVI sobre un antiguo torreón, y es un lugar interesante de ver si estás en el pueblo.

Escuchar hablar»A fala»

Parte del encanto de visitar un nuevo lugar, sobre todo si se trata de un pueblo tan remoto como este es experimentar un poco de su cultura y maravillarnos con los miles de matices diferentes que podemos encontrar en ellos.

Por ejemplo, este pueblo tiene su propia lengua autóctona, la cual tiene sus raíces en galaico-portugués y que se han empeñado en mantener viva entre los habitantes con el paso de los años y de generación en generación.

Incluso, hay varios paneles con dibujos del pueblo tienen textos escritos en fala, por lo que también podrás ver como lo escriben, como por ejemplo, en la ermita de la Cruz Bendita también donde hay una placa escrita en mañego.

En fin, un paseo diferente para una parada de un día en Trevejo.

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